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Estado de Vida


... continuado de la pag.  «Forma de vida»

Todos compartimos la misma vocación bautismal
Antes de cualquier llamado particular a un estado en la vida, tenemos una vocación principal, recibida en el bautismo, que exige la entrega de toda nuestra vida: una relación personal con Cristo. Todas las vocaciones se fundan en Él. Él es el Señor que quiere reinar en nuestros corazones para que nuestro intelecto, voluntad, emociones, todo, esté sujeto a Él en amor. Él es el fuego de nuestro corazón. Esta vocación debe ser respondida todos los días y debe crecer para que nos volvamos cada vez más uno con Cristo. Esta llamada es la esencia de nuestra vida. Jesús se entrega a nosotros y nos pide que hagamos lo mismo. La unión resultante nos transforma y determina nuestra identidad. Nos convertimos en el cuerpo de Cristo. Se nos manda amar a todos en el amor de Cristo. Objetivo: meta: transformación total en Cristo. Nuestro estado particular de vida es donde vivimos nuestra vocación bautismal.

 

Las tareas más sencillas con mucho empeño

Diario de Santa Faustina

Un alma enamorada de Dios e inmersa en Él se acerca a sus deberes con las mismas disposiciones con que se acerca a la Sagrada Comunión y realiza las tareas más sencillas con gran empeño, bajo la mirada amorosa de Dios —# 890.

Oh Jesús, deseo vivir del momento actual, vivir como si este día fuera el último de mi vida: aprovechar con celo cada momento para la mayor gloria de Dios, disfrutar de cada circunstancia de modo que el alma saque provecho.  Mirar todo desde el punto de vista de que sin la voluntad de Dios no sucede nada. –#1183

Has de saber, hija Mía, que tu cotidiano, silencioso martirio en la total sumisión a Mi voluntad introduce a muchas almas al cielo y cuando te parezca que el sufrimiento sobrepasa tus fuerzas, mira Mis llagas. –#1184

La Familia en unión con la Sagrada Familia.

 

«Jesús, María y José tuvieron una sola vida, un solo propósito: glorificar al Padre Celestial. Eso es lo que también debemos desear. Para lograrlo, tenemos que entrar en unión con María y José, compartir sus vidas: vida familiar y vida interior íntima que solo Dios conoce. Qué felicidad ser llamado a esta vida. Nuestro amor consistirá en vivir con María y José en el amor de Jesús Eucarístico» —San Pedro Julián Eymard.


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Ver nuestra miseria, abandono y perseverancia

Mi pequeña, se acerca la hora. Tu posees la espada del Espíritu en la misión que se te ha dado. Mi familia de Amor Crucificado son Mis guerreros de amor que derrotarán al dragón en la batalla decisiva que se acerca. Prepárate para enfrentarte con este mal como David se enfrentó a Goliat. Conquistarás al dragón con tu pequeñez y pureza porque es Dios quien está contigo. No debes temer. Cree con la inocencia y el celo de David. Hija Mía, forma bien a Mi familia en las enseñanzas que te doy. Cada uno de ustedes debe también afrontar la batalla con cinco piedras. Primero, la piedra de la humildad,teniendo conocimiento perfecto de tu nada y de Mi poder y majestad. Segundo, la piedra de la pureza, pureza de mente, corazón, intención, palabra, y deseo... Tercero, sencillez, desprendimiento de todo, sobre todo de tu ego. Cuarto, confianza, perfectamente abandonada a Mi voluntad. Quinto, valentía, valentía enraizada en amor a Mí para ser perfectamente obediente a Mis órdenes. Estas piedras son sus armas para la batalla porque el dragón no será derrotado según los criterios del mundo sino a la Luz del Amor. Por lo tanto, familia Mía, prepárense para la batalla. Estén atentos a Mí —18/01/12, Camino sencillo #148 p. 436.

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